Veranos.
Vicente de
sonrojadas mejillas,
Enlaza sus
manos a las mías,
Jugamos con
sus barcos de papel en el río.
Acaricia mis
rodillas moradas,
Sabe de la
furia de mi padre,
Cuando se
acaba el vino.
Te cambiaré
un beso por un barco
Y otra vez se
le encendieron las mejillas,
Sus labios de
niño,
Mi primer
beso…
El amor tenía
olor a lavanda,
Mis pies en
punta alcanzando su mentón,
Olvidé los
remiendos de mi vestido,
El verano era
color azul.
En mi
bolsillo guardé mi pequeño barco,
Mirando
aquellas figuras navegar,
La corriente
se pone violenta,
¡Los barcos
de Vicente!
No escuché
los gritos,
Nunca supe
nadar,
Cerrando los
ojos te dije:
Buenas noches Vicente.
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