Clarita.
Soy Clara, pero Ella me llama Clarita,
no tengo edad, nunca cumplo años, no tengo apellido, me gustan las muñecas y
los vestidos…
A Ella le encantan sus colores, las
cintas y los encajes. Me trenzo los cabellos, los tengo largos, muy largos. A
veces mis bucles le rozan los párpados, porque vivo en sus pestañas… no son muy
largas pero me arrullo en su curva en las noches.
Ella me hizo algo tímida y torpe,
escondo mis ojos tras una chasquilla mal cortada; cuando está soleado uso un
sombrero de pliegues en azul, hace dos días le pedí que me regalara uno de copa
para ser un caballero y Ella rió de buena gana, dibujando un bigote bajo me
nariz y estoy… estoy… estoy enamorada de Berenice, aunque ya no
tiene dientes y está muerta.
A veces a Ella le canto suavecito,
suavecito al oído para que deje de llorar, esas canciones feas que tararea.
¿Y sabes? Casi nunca nos miramos al
espejo, no le gustan, incluso ha roto algunos, parece que le asustan; como si
recordara malos momentos.
De vez en cuando se estaciona en sus
recuerdos, sobre todo al escuchar a Tracy Chapman, entonces se queda de pie
cerca de la ventana y mira las estrellas, cuando Ella era niña las miraba con
más frecuencia, porque creía que había alguien allí.
Ahora sabe que eran mentiras, aunque
aun guarda la esperanza de que sea cierto.
Ella también sabe mentir, lo hace con
mucho talento justo después de pintarse las uñas carmesí…
Cuando me duermo Ella se queda
escribiendo, sus poemas me llaman y yo solo entro bailando.
¿Te cuanto más? Hoy se ha ido a andar
en bicicleta, va muy despeinada como
siempre, de una vez que le pregunte por sus cabellos, me respondió que los
dejaba así porque de lo contrario saldría un dinosaurio bajo su cama y le
comería los pies.
Un día estuvo más triste de lo normal;
la he visto bordar pañuelos y esta vez bordó dolorosamente en sus brazos, entre
sollozos y maldiciones.
Pero esta tarde jugaré con sus
fantasías, me invitaron a tomar el té, es preciso que sepas que debes
apresurarte porque de lo contrario los duendes nos robaran los cubitos de
azúcar como diría Cortázar de redondo alegre.
Y su corazón, no puedo dejar de
hablarte de su corazón, que corre tan rápido como si quisiera escapar, es que
no la quiere y no la va a querer nunca.
Ella
también sueña con grandes amores, pero con un lápiz mató a su príncipe azul, lo
destripó y le cortó la cabeza, todo en color rosa.
Enamoró
a unos cuantos, y justo cuando le juraron eternidad, Ella solo rió, rió como
hiena.
En
la noche me leerá Tour Eiffel y a ti no, moverá sus manos con elegancia, me
columpiaré en sus pestañas y aplaudiré…
Soy Clara, soy mala, soy mentirosa, soy grosera,
soy Clarita…
Vivo
en una pestaña…
Humo
de cigarro…
Ella…
Gabriela…
Tour
Eiffel, guitare du ciel, ta telegraphie sans fil… attire les mots…
Do
re mi fa sol la si do…
Algunas personas saben de Clarita, pero no saben todos sus misterios, este es un primer atisbo espero se conecten con ella par que se sigan enterando de sus misterios...
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